18/01/2023

Zona 11. Lapidario

Dejando atrás la Cripta y la Catedral se accede al último ambiente del recorrido museístico, dividido en tres grandes espacios. El primero se llama Criptopórtico. Es un largo porche cubierto por poderosos arcos del siglo XIII. En esta primera sala se expone una rica colección arqueológica de astillas, inscripciones y lápidas de época romana y, dentro de las tres tecas, piezas que pertenecieron a Onorato Capo y que fueron donadas a la Catedral a principios del siglo XX. Destacan sobre todo las ollas, las lámparas, un raro sonajero en forma de cerdito y los ex votos, algunos de los cuales realizados en forma de órganos humanos o frutos. Ninguno de los objetos expuestos en esta sala está directamente relacionado con la historia de la Catedral, ya que se refieren a períodos históricos anteriores a su construcción.

La siguiente sala es el antiguo brazo sur del claustro y acoge lápidas de formas diferentes pertenecientes a la Catedral y datadas entre los siglos XIII y XIX. Seguramente las más interesantes son las que acogen las decoraciones cosmatescas, con las ruedas y los trenzados de teselas policromadas de diferentes tipos de mármol, oro y nácar. La gran terraza hacia el norte se asoma a los Montes Ernici y oculta bajo el suelo una gran cisterna, larga más de 14 metros, ancha más de 9 y alta más de 10, hoy siempre vacía y visitable en ocasionales aperturas extraordinarias.

La última sala en la parte inferior alberga otros restos de la decoración litúrgica cosmatesca del siglo XIII procedentes de la iglesia, entre los que se incluyen trozos de suelo, losas decoradas con motivos geométricos y piezas de altares. Por último, además de la marquesina de metal, se exponen las losas de mármol del siglo IX, decoradas con los típicos motivos geométricos con cintas bisulcadas, cruces y elementos vegetales, referidos a la antigua catedral de la época carolingia, sustituida por la actual iglesia románico-gótica.

Antes de dejar el museo y volver a la taquilla, os invitamos a observar las dos hermosas campanas de bronce realizadas por el fundidor Obertino para el Ayuntamiento de Anagni en 1240 y para la iglesia de San Giovanni de Duce en 1250. Ambas fueron donadas a la Catedral a finales del siglo XIX.

Esperamos que hayáis podido apreciar la visita a este edificio madre de todas nuestras iglesias y que llevéis en vuestros ojos y en vuestro corazón el testimonio precioso de nuestros antepasados de una época que, al contrario de lo que se cree comúnmente, estuvo llena de fe y amor por la vida.