18/01/2023

Zona 10. Cripta de San Magno - Parte 1

Bienvenidos a la famosa Cripta de San Magno, desde siempre lugar de fe y de arte, meta de muchos peregrinos y devotos en busca de caridad y esperanza, pero también de una ventana abierta a la Edad Media, cuando la luz y el color eran el medio para captar las bellezas de otro mundo.

Construida por el obispo Pedro de Salerno al mismo tiempo que la Catedral, entre 1072 y 1104, debía servir de cofre para la conservación de todo lo que una catedral tiene de más sagrado: las reliquias de los santos, que fueron colocadas en los cinco altares. En efecto, procediendo en orden desde la entrada hacia la salida, tenemos el altar de Santa Oliva, el de Santa Segunda y el de las Santas Aurelia y Noemisia, el altar mayor dedicado a san Magno, el altar dedicado a los santos mártires y el último, en el fondo, es el que acoge los restos del mismo Pedro de Salerno.

El ambiente tiene tres naves transversales a diferencia de las de la iglesia superior y tres ábsides. Las doce columnas identifican veintiuna veces que, con sus respectivas paredes, están decoradas por un ciclo pictórico extraordinariamente precioso y de excepcional belleza que narra la historia de la Salvación del hombre, desde su creación hasta el fin de los tiempos. Los frescos se atribuyen a tres talleres de artistas anónimos conocidos como Primer Maestro de Anagni o Maestro de las Traslaciones, Segundo Maestro de Anagni o Maestro Ornatista y Tercer Maestro de Anagni

Todo el ciclo se desarrolla en una extensión total de 540 metros cuadrados y fue realizado en el 1231, año en el que Cosma de Jacobo de Lorenzo completa el suelo de este entorno y firma la lápida, hoy amurallada en la pared frente al altar mayor, bajo el Cristo Todopoderoso entre santos.