Nos encontramos ahora dentro de la Biblioteca Capitular. Que acoge en su interior una rica colección de más de 1800 volúmenes que datan del siglo XV al XX. Es el resultado de las recaudaciones y donaciones de los diferentes canónicos desde los tiempos del libro impreso. Es sorprendente como en su interior se conservan también incunables, es decir, los primeros productos de la tipografía, llamados también cuatrocientos.
Los volúmenes tratan temas muy diversos: textos de historia local, algunos clásicos latinos, hasta llegar a una importante copia de 1518 del código justiniano. El célebre Corpus Iuris Civilis es una colección de leyes querida por el emperador Justiniano I en el siglo VI para reorganizar el sistema jurídico del imperio. No es casualidad que, además de las numerosas obras teológicas, escritas sobre todo después del concilio de Trento, se haya conservado la obra fundamental para el estudio de la ley, porque los canónigos eran en la antigüedad los principales administradores de la iglesia y eran famosos por su competencia jurídica.
Actualmente todo el patrimonio se conserva en armarios hechos especialmente para esta biblioteca a finales del siglo XIX.
En lo alto os saluda nuestro santo patron Magno, representado sobre un panel de madera, plata y terciopelo llamado frontal, utilizado también en el siglo pasado para decorar la parte de delante del altar de la Catedral el día de la fiesta patronal.